Mamá tuvo más huevos que papá. No recuerdo en que momento dejó de hacer falta. Ni siquiera recuerdo si alguna vez hizo falta. Ignoro si pasó alguna entrevista para asumir el cargo de papá, o si tuvo que sobornar al destino, o si fue una casualidad que le manchó la vida. Poco o nada recuerdo, o tal vez, prefiero mentir así para no ametrallar palabras de grueso calibre contra quien aportó algunos espermas para mi existencia. En este día del padre, mamá se lleva todos los aplausos que pueda dar. Nunca me faltó comida, educación y salud porque mamá tuvo las tetas bien puestas para ponerse al hombro a sus dos hijos. Recordar las hazañas de mi madre es inundarme en lágrimas. Desde aquella vez en que aduciendo mi incapacidad para dibujar un pollito, que la maestra del kinder me dejó por tarea, le dije: -No pello, mamá. -Tú si puedes - me incentivó. -No, yo no pello - insistí. Mamá me miró y con mucha determinación cogió el lapiz y una hoja (por...
Voy a contarles algunas historias, de esas que no se deberían contar. Voy a escribir lo que dicte el insomnio, lo que susurre el café y lo que inspire la luz de la Luna.