Ayer la vi triste, y la quise consolar, Hoy la vi alegre, y no la puedo dejar de amar. Sé que estoy loco, y me podría matar. Pero sé que princesas como esta, en el mundo de los muertos, no pueden estar. Sé que estoy loco, y no la puedo olvidar, Sé que la amo tanto, y que después de esto No podré dejarla de amar. Es su nombre un padrenuestro en mi vida, Es su risa y su voz una gran melodía, Son sus ojos que alumbraron mis días, Son esos mismos que me quitaran la vida. Ella es mi religión, y yo, su fiel devoto. Ella es mi princesa, y yo, su fiel esclavo. Ella es mi gran amor, y yo, su fiel amante. Tu podrás ser todo, mi Sheccid querida, Y yo seré devoto, esclavo y amante Y eso será, para toda la vida. -SERGIO PATRICIO. (05/10/10)
Voy a contarles algunas historias, de esas que no se deberían contar. Voy a escribir lo que dicte el insomnio, lo que susurre el café y lo que inspire la luz de la Luna.