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AMO A MI MAMI

AMO A MI MAMI

Tenía apenas 17 años cuando me aceptó en su vientre. Me rentó un pedacito de su cuerpo, me cobijó por nueve meses. Durante esos meses me hizo el delivery más de tres veces por día y nunca pagué la cuenta. Sin embargo, ella me cuenta con un brillo en los ojos, que yo la cogía a pataditas, y cuando lo hace veo en cada uno de sus gestos el amor que me guarda, y entonces, siento que tengo la mejor madre; la mejor, y que la amo.
Y como no podría amarla como la amo, si me enseñó el mundo un 23 de julio, con agallas, en pleno ‘toque de queda’. Me enseñó el amor y la alegría cada vez que me acurrucaba en sus brazos y me llenaba de besos, la mujer que celebró mis primeros pasos como si hubiese ganado un mundial, de quien sus ojos se nublaron con lágrimas de alegría cuando por primera vez la llamé ‘mamá’. Como no amarla si ella me enseñó el nombre de las cosas, los colores, lo bueno y lo malo, el respeto, la caballerosidad. Me enseñó a escribir, a dibujar y a pintar con crayones. Ella me bañó y me cambió la ropa con la pasión de un artista. La mujer maravillosa que me peinaba para ir al colegio, la que me llevó de las manos a mi primer día de clases, la que pronto, a muy corta edad me dejó experimentar un poco de responsabilidad, la que me dejó sentirme un adulto con apenas 6 años por cumplirme el capricho, y sin embargo, siempre cerca, cuidándome sin que me diera cuenta. Como amo a mi mami, porque siempre estuvo ahí, porque aun está conmigo y porque sé, el tiempo me ha demostrado, que siempre estará.
Me dijo que lo podía todo una tarde en que no quise dibujar un pollito y un gatito en mi cuaderno alegando un ‘no pello’. ‘Tu puedes, tu lo puedes todo, hijo’. Esa tarde me negué, terco como soy. Ella no se cansó de afirmar lo contrario y me demostró que si podía dibujar el pollito y el gatito. Y yo, con una sonrisa enorme la miré y le dije ‘mami, si pello’.  Ella me demostró que no hay imposibles, que podía lograr lo que quiero, y yo le creí. Hoy puedo todo.
Como no amarla si cuando caí, y sentí el olvidó del mundo entero, ella siempre estuvo ahí. Ella, que me ama sin importar lo que fui y lo que soy, con su amor incondicional. Como podría no quererla si ella fue la única que apostó por mí cuando ya nadie lo hacía. Como no amarla como la amo, si cuando he de partir por siempre las únicas lágrimas de verdad serán las de sus ojos.

Y agradezco al cielo, al aire, a la vida. No sé a quien carajos debo agradecer. Pero agradezco por tenerla a mi lado, por tener a la madre que tengo; quizás no a la mejor, tampoco a la peor madre del mundo, pero tengo la certeza de que tengo a la indicada para mi. Muchas gracias mami, por ser mi fan número uno. Te amo, y este amor lo llevó hasta en los huesos.
SERGIO PATRICIO.

DEDICATORIA:
A mi mami, la mujer que siempre está a mi lado.

(Escrito el: 11/05/2014)

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