VEINTE He visto veinte veces al mes de julio, sin que el se percate de mi existencia. Veinte veces han sido 23 de julio y no me quejo. Han sido 14 años de cristianismo y los últimos 6 de agnosticismo (no confío ni en mi sombra pues la vida me enseño a patadas que cuando confías en alguien lo mas probable es que termines herido cuando te des cuenta que esa persona no era de fiar como lo creías). Son 6 años también en los que a duras penas voy construyendo un conjunto de palabras que me ayudan a seguir viviendo, o sobreviviendo. El destino me trajo a Huaraz, aun no sé si fue una buena decisión pero sé que estoy con quien más quiero, mi abuela, una mujer única que me quiere mucho y me engríe. No puedo quejarme de estos 20 años que me ha tocado vivir pues a mi alrededor siempre hay personas extraordinarias que a veces no me explico porque tengo tanta suerte de conocerlas; una de ellas es mi hermana, una niña risueña, una loca del carajo a quien siempre querré y a veces por...
Voy a contarles algunas historias, de esas que no se deberían contar. Voy a escribir lo que dicte el insomnio, lo que susurre el café y lo que inspire la luz de la Luna.